Odio cuando tardas mucho en contestar aunque luego yo tarde el doble. Odio cuando tengo que bajar la música para poder pensar algo coherente que escribirte. Odio cuando el vacío existencial de tus palabras me llena (y cuando me vacía de ideas) Odio cuando te vas por las noches. Cuando te echo de menos. Cuando tengo que esperarte. Cuando dejas de quererme en un determinado momento del día porque tu éxtasis colapsa todos tus sentimientos. Odio cuando pienso que te olvidas de mí y cuando no me creo capaz de ignorarte un poco porque pienso que te enfadas y siempre caigo. Caigo en la gravedad cero de tu existencia y vuelvo a caer una y otra vez. Y lloro cuando me dejas. Odio cuando se me amontonan moléculas de pena en la garganta y no me dejan respirar. Cuando miro de un lado a otro y no estás. Cuando te siento y me dan escalofríos. Cuando estoy llorando y no te lo cuento. Odio cuando tengo que fingir. Cuando me dejas a medias y no sé qué decir. Odio este momento, el momento en el que miro la pantalla desconcertada porque todo lo que digo que odio me encanta. Me encanta sentir ésto aunque por dentro muera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario