Sólo deseo

que no pase el tiempo mientras lo desgastamos con nuestras caladas. Incendios de nieve y tiro piedras a tu ventana, pero nada. La he jodido, pero déjame inundarme con cada pestañeo. Sabes que no me refiero a las lágrimas, si no al flujo de tus sonrisas. Déjame matar al miedo, destruir la pena. Vencer a la ira, follarme a los celos. O no, a los celos mejor no.
Luego también está tu cuello, blanco y con las coordenadas de la galaxia impregnadas de estrellas, que son mis besos, que no te besan, te reclaman. Reclaman una noche más contigo. Y después, los sueños y todas las madrugadas que soñé que amanecías a mi lado, hasta el sol se lo creía, hasta la luna moría por tocarte. Pues que se joda la luna y todo el puto universo, que a cada segundo intenta distanciarnos más de lo que deseamos hacer a cada instante de mundo perdido. Los instantes son momentos. Espérame un momento, sólo deseo volverte a ver.

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