Fantasía.


Miramos al pasado y cuando creíamos que nada podía ir a peor, se abre un túnel y te das cuenta de las personas. Las personas, no los monstruos. Que a mí me gustan los monstruos, pero a los de ese tipo prefiero matarlos (o que los maten por mí) Con unas ganas impresionantes de gritarle al mundo que lo demás me importa poco, me encuentro en la distacia y sin ganas de soñar. Y no porque me haya vuelto nihílista, si no porque la realidad se ha vuelto mejor que la fantasía, como Russian Red. La acústica me taladra los oídos, me he vuelto más clásica (o al menos en este fin de semana) Mañana no hay clase y quedan 73 días para lo mágico. Y si quiero gritar, grito; si quiero mentir, miento y si quiero llorar, lloro. Que ya habrá días mejores en los que los "te quiero" sean más creíbles. Y tumbarte en la cama y pensar que puede que haya alguien pensando en ti. Y si no hay nadie... pues ya lo habrá, que tu corazón aún tiene que aguantar demasiados pinchazos, que esto acaba de empezar y aunque nada es para siempre, a mí me gusta pensar que sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario