Una canción, una serie. Una persona, que ni siquiera conoces pero sabes que está ahí. Un concierto. Este miércoles cantando con ellos. El 11 de julio y todas las cosas que me hacen temblar de emoción. Su mirada a través de una fotografía. Saber que todo se acaba en sólo 3 días (intensos, pero escasos) Cereales. Un buen grupo, su camiseta y todos sus CD's. La habitación empapelada de ellos. Intentar imitarles en todo lo que puedas y cantar sus canciones incluso cuando cagas. Verano, piscina y parque de atracciones. Que no venga el profe de inglés. Tocarte los cojones toda la tarde. Twitter, twitter, twitter. Risas. Recordar. Ah, y twitter. Saber que alguien te espera a la vuelta de la esquina. Esperar que llegue la noche sólo para soñar. Cantar como te salga de los bajos una canción en inglés. Las bermudas. Los bañadores de tío. La sensación de partirte el culo en clase pero aguantarte la risa porque sino te crujen. Comer. La música a tope y los vecinos cagándose en tus muertos. Spotify sin límites. Beulah. Los golpes de batería en una canción. Rock. Cuando ya no te duele la cabeza. El gas de la coca-cola. Cantar una canción rarísima y descubrir que alguien más que tú se la sabe. Perderse. Ser.

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